A cinco años, de qué presume
¬ Luis Ángel García miércoles 5, Jul 2023Por la Derecha..!
Luis Ángel García
A cinco años de los comicios federales de 2018, sólo queda el recuerdo del hartazgo social que se expresó en las urnas contra los gobiernos priistas corruptos que no pudo erradicar la alternancia en el poder. La gente salió a votar en contra de los políticos rateros que llegaron a saquear las arcas nacionales y que vieron en el nuevo mecenas, efectivamente, un rayo de esperanza que iba a combatir las inmoralidades de una caterva de políticos sátrapas y conduciría al país a un estadio superior de desarrollo y desterraría la pobreza.
Pronto fue el desencanto de muchos mexicanos que tarde entendieron que el proyecto político de la 4T no era resolver los grandes problemas nacionales ni sacar de la postración a los millones de miserables que existen todavía en el país. A destiempo comprendieron que los cuatroteístas nunca tuvieron un programa de gobierno ni políticas públicas para atender las necesidades sociales. Su único objetivo era ascender al poder y conservarlo lo más posible con medidas populistas que no resuelven de fondo las urgentes prioridades nacionales.
Tampoco les apremia a los morenistas contar con programas asistenciales que sean apoyo para mejorar los ingresos de la gente para que vivan con decoro, esto es, que cuenten con empleo que les permita, mínimo, adquirir dos canastas básicas, vivienda digna, servicios de salud eficientes y oportunos y educación de calidad. La actual administración no sólo no ha creado fuentes de trabajo suficientes y bien remunerados, sino que hoy hay más de cinco millones de nuevos pobres y por la precariedad laboral, gente con empleo formal no puede adquirir dos canastas básicas al mes, lo que los mantiene en el umbral de la pobreza. Tarde entendieron que el régimen sólo quiere administrar la pobreza, no pretende menos pobres, sólo familias que puedan sobrevivir con los apoyos asistenciales y que se lo agradezcan a papá gobierno; viejitos, “ninis” y madres solteras son la reserva electoral de la 4T. Urge más gente en la miseria que se conforme con las dádivas gubernamentales.
¿Qué festejar a cinco años del ascenso al poder de la 4 T? Nada. Más corrupción.
Crecimiento económico cero y al final del sexenio sólo se alcanzará el nivel que se tenía en 2018. La economía nacional se basa en un 60 por ciento en la informalidad, la cual sólo genera trabajo sin prestaciones y no paga impuestos.
Hubo un retroceso en la atención de salud para la población abierta que cubría el Seguro Popular -35 millones de mexicanos-, y se creó un fraudulento y fallido Insabi, para que ahora a ese sector poblacional lo atienda un saturado y rezagado IMSS. Una política de salubridad soberbia y basada en la ignorancia costó la vida de 800 mil mexicanos durante la pandemia. Ni hablar del abandono educativo, donde se sacrificó la educación de calidad por un sistema de adoctrinamiento sin conocimientos científicos ni competitividad académica.
Este sexenio pasará a la historia como el más violento del México contemporáneo. 160 mil homicidios dolosos, junio como el mes con más asesinatos este año, el incremento en los feminicidios, 112 mil desapariciones forzadas, madres buscadoras de sus hijos que piden permiso al crimen organizado para encontrar a sus familiares, cientos de comunidades desplazadas por la delincuencia, el 81 por ciento del territorio nacional sometido por el narcotráfico y sus sicarios ante la evidente ausencia de gobernabilidad. El Estado abdicó en su función primigenia de dar seguridad a los ciudadanos y estamos a un paso de convertirnos en un Estado fallido.
Frente a los delincuentes se ha perdido la gobernanza, pero para los ciudadanos se ha fracturado el Estado de Derecho y sin contrapesos constitucionales transitamos de un Estado híbrido a un gobierno totalitario. Adiós democracia.
A cinco años del triunfo electoral de la 4T, puras asignaturas pendientes, nada que festejar.